Ayer, a mediodía, en el Centro de Artes y Oficios Tepito (CAO), me encontré con Virgilio Carrillo Terronez, director de Teatro Tepito Arte Acá, que encabeza a quienes organizaron el evento, al que asistí, titulado "Los temblores son naturales, la corrupción no", en el que, a la par, se rindió honor a Julián Ceballos Casco (1940-2011), sorprendente pintor tepiteño.
Antes de que se iniciara el evento, Virgilio me narró anécdotas que se dieron en su convivencia con el Casco huraño, restaurador de antigüedades, aquel personaje que prefería la soledad a la relación con los seres humanos; aquél que con dificultad lo recibía en su vivienda de la calle Granada; aquél que, infantil y malévolo, disponía una cubeta con líquido desconocido para que cuando abriera la puerta le cayera sobre la cabeza a su visita. Casco nunca logró ese propósito y, en cambio, en ocasiones terminó tomándose unos bacardís con Virgilio, su visitante persistente, muchas veces indeseado.
Casco sólo se permitía el trato con los humanos cuando, los domingos, asistía a su puesto en La Lagunilla, donde más que pintor era restaurador de antigüedades. Al citar esta faceta de su apreciado amigo, Virgilio recordó que en alguna ocasión, cuando Casco se encontraba en esos menesteres, le pidió que escupiera sobre un montón de ceniza de cigarro y esa mezcla la aplicó sobre la pieza en restauración. Así logró dar el efecto de pátina original a esa antigüedad. Era cabronamente creativo el Casco.
Autoretrato, Julián Ceballos Casco (sin fecha) |
Tan creativo que después de escuchar las anécdotas de Virgilio, me dirigí a la exposición de pinturas de caballete de Julián Ceballos Casco, que se inauguraría en el Centro de Artes y Oficios Tepito. De todas las imágenes me llamaron la atención las expresiones de sus personajes, casi siempre presentados sobre fondos de colores puros, rojos o verdes o azules… Entre sus autorretratos, encontré seres que conservan algunos de los rasgos de su creador, incluidos arcángeles y demonios, gánsteres o delincuentes empuñando armas de fuego; aun, a alguna de sus Vírgenes de Guadalupe, le añadió su propia imagen, postrada de rodillas, en la que le pide, por escrito, que ya se lo lleve, pero le encarga a su nación, México, que no lo sigan chingando los cleptócratas de hoy; digo, eso me hizo pensar la guadalupana solicitud del maestro Casto, miembro muy destacado del Tepito Arte Acá…
Esta es una excelente exposición que nadie debe perderse, mucho menos los tepiteños…
Como tampoco debieron perderse la conferencia del maestro Eduardo Corona. Nos trasladó a los tiempos prehispánicos que fueron sacudidos por temblores de tierra, los que fueron representados por nuestros antepasados en lenguaje pictográfico compartido por el maestro Corona…
Y para no dejar los temblores en paz, Isaac Castillo, joven sociólogo, singular rescatista con largas rastas hechas bola sobre la cabeza, nos comentó sus experiencias en los sismos recientes, del 7 y 19 de septiembre. Intervino en Xochimilco y en la colonia Obrera… Y a raíz de sus vívidas experiencias, todos, incluso un tepiteño de edad que nos había compartido su royo marxista, nos unimos en una exigencia: ¡un nuevo gobierno, un gobierno que beneficie a todos, no sólo a ladrones que ahora nos “gobiernan"!…
Antes de irme, me lamenté de no haber podido quedarme a escuchar a Tlazohtiani Erika Valero Leyva, que canta hermoso en náhuatl (y otros idiomas nacionales) y a deleitarme con la sabrosa comida, compartida por los anfitriones, como es común en los eventos realizados en el CAO Tepito.
Pero me alegré de que estos temas y exigencias, con su fuerte carga política, se escucharan en Tepito. Ya hacía falta. Como que ya es hora de que gritemos juntos el título del evento:
“¡Los temblores son naturales, la corrupción no!” Mandemos a la chingada a los corruptos (agregado mío)..
Felicidades, Virgilio Carrillo Terronez y Susana Meza Cosme, por realizar este tipo de eventos Tan necesarios en Tepito (y en todo México).
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